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Aprovechar el verano

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Da la impresión de que está llegando la calma al Colegio Mayor. Dentro de poco el barrio se quedará vacío. En el Colegio apenas quedaremos algunas personas trabajando. Atendiendo sobre todo a la distribución de las plazas entre los chicos que han presentado su solicitud para el nuevo año. Y tratando de que las instalaciones estén dispuestas para recibir a los nuevos colegiales.

Dos trabajos fundamentales vamos a hacer este verano: el cambio del sistema de calefacción de gasóleo a gas natural, con obvias ventajas desde el punto de vista medioambiental. Y la renovación de las pistas deportivas, lo que ya era deseado por todos desde hace tiempo.

Así que vamos a aprovechar todos este tiempo de descanso. El verano se caracteriza por el calor, ciertamente, pero también por tener un clima estable, con pocas variaciones. Invita a la serenidad. Un poco al bullicio pero también a romper con los trabajos habituales y, quizá, en algún momento de silencio y soledad a pensar un poco en lo que estamos haciendo con nuestra vida, tomar conciencia de cómo hemos cambiado en el último año y echar una mirada al siguiente curso que ya está al alcance de la mano.

¿Nos gusta lo que hemos vivido este año? ¿Qué hemos aprendido para la vida? ¿Somos ahora más honestos, más responsables, más libres que cuando comenzó este curso? Porque eso es lo que vale la pena. Lo demás se puede aprender en los libros.

¿Qué esperamos aprender el próximo curso? Los que han venido a solicitar plaza para el próximo año no han tenido duda en su respuesta: hacer amigos. Son conscientes de que la red social en que hasta ahora se han apoyado está a punto de pasar a un segundo plano. Cuando vengan a Madrid, la familia, los amigos de siempre, la ciudad, el colegio o instituto, todo queda atrás. Y se abre ante ellos una nueva realidad: la Facultad o Escuela, el Colegio Mayor, Madrid. Se siente un poco bastante desprotegidos e inseguros. Desean tener amigos en los que apoyarse, para no sentirse solos e indefensos ante la nueva situación.

Estoy seguro de que los encontrarán. Y de los buenos. Basta con que recuerden que nunca la verdadera amistad se ha fundado en la humillación ni la falta de respeto. La verdadera amistad, la que tan importante es en la vida, se funda en el respeto y en la gratuidad. Lo demás puede tener el nombre de amistad pero no pasará de ser apariencia y pérdida de tiempo. Esto vale para todos, para los nuevos y para los que ya llevan unos años en el Mayor.

P. Fernando Torres cmf

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