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Este sábado los colegiales han organizado una capea. Básicamente es una fiesta en una finca donde lo de la vaquilla es lo menos importante. Es apenas un motivo para ir allí, juntarse y pasárselo bien con una barra libre de copas. Nada que objetar a algo que organizan libremente un grupo de jóvenes mayores de edad, como son los colegiales. Cuesta un alto precio pero es su dinero.
Claro que da la casualidad de que durante toda la semana en el Colegio se ha estado celebrando la Semana Solidaria. A lo largo de la semana se han organizado diversos actos, charlas, mesas redondas, cine y otros dirigidos a que los colegiales tomen conciencia de que, siendo sinceros, somos unos privilegiados en este mundo, de que los comedores sociales están llenos, de que hay mucha gente que está perdiendo el trabajo, de que el futuro que se avecina es muy oscuro. Y de que la solidaridad se expresa en algo más que gestos y mohines al ver la pobreza de lejos. La solidaridad se tiene que terminar expresando en la capacidad real de compartir tiempo, dinero y cualidades con aquellos a los que les ha tocado la peor suerte en nuestra sociedad.
No se ha organizado una colecta en favor de un proyecto de alguna ONG como es costumbre en otros colegios. Las colectas de ese tipo que se han organizado en los años pasados han tenido siempre un resultado muy pobre. Nunca más de 60 euros, céntimo arriba céntimo abajo. Hace unos años se celebró una fiesta solidaria. Gastaron en la organización unos 4.000 euros. Todo para sacar en limpio apenas 1.500 euros. Más o menos una media de 11 euros por colegial. Bastante menos si tenemos en cuenta que vino mucha gente de fuera a la fiesta.
A la vista está la diferencia. Clama al cielo. Este ya es un punto que nos debería hacer a todos reflexionar y mucho. ¿Es posible que seamos tan incapaces de hacer un pequeño gesto, una pequeña renuncia? ¿Se pueden celebrar simultáneamente la capea y la Semana Solidaria?
Lo de la capea evidentemente tiene también su reflexión. Para algunos colegiales el Colegio es más un campamento de verano o una especie de parque de atracciones que un centro educativo donde formarse como personas. Lo de la capea está muy poco o nada en línea con el proyecto educativo que todos han firmado al aceptar la plaza en el Colegio. Es una forma de decir, los que lo organizan y, si me apuran, los que participan, que ellos piensan de otra manera, que no entienden lo que es este Colegio Mayor, que no comulgan ni poco ni mucho con su proyecto educativo.
Para terminar, una pregunta: ¿será la sociedad de mañana, la que harán con su trabajo los actuales colegiales una sociedad más justa y solidaria que la actual?