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Cosas que pasan (1 y 2)

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Cosas que pasan (1)

Estos días ha sucedido algo totalmente inesperado en el Colegio. Inesperado porque no es normal. Inesperado porque no había sucedido, al menos en la memoria de este Director, desde octubre del año 2005. ¡Ya es tiempo! Es posible que haya sucedido alguna vez pero nunca había llegado al conocimiento de la dirección. Un grupo de colegiales que, pensando que hace mucho frío en la calle para tomarse una copa allí (eso que llaman el “botellón”), deciden tomarse la misma copa en el cuarto de uno de ellos. Todo eso y nada más que eso.

La cuestión no es baladí. No se trata de prohibir a los colegiales que beban alcohol. El alcohol forma parte de nuestra cultura. Y en la formación del joven está el aprender a relacionarse equilibradamente con él. Pero ciertamente está prohibido en el reglamente del Colegio el consumo o la tenencia de alcohol en los cuartos. Por la sencilla razón de que hay un lugar para cada cosa y una cosa para cada lugar. Los cuartos deben ser lugar de estudio y de descanso. También en algún momento, por qué no, pueden ser lugar de confidencias, de buenas amistades. Pero en ningún caso de fiesta animada por el alcohol. Para eso están las discotecas, los bares.

El castigo ha sido fuerte. Marca un antes y un después para la vida de esos colegiales. La expulsión temporal es un serio problema para las familias también. Lo entendemos. Pero no hay que culpar al guardia civil de la multa por exceso de velocidad. La culpa es del conductor. Ni al juez por la pena de prisión. La culpa es del delincuente. En un Colegio Mayor los chicos ya no son tan chicos. Son mayores de edad y tienen que aprender a ser responsables de sus actos. Ante la Dirección del Colegio, ante sus familias y, sobre todo, ante sí mismos. El daño, fruto quizá de una cierta inconsciencia, se lo han hecho a sí mismos. Ahora deben capear el temporal que ellos mismos han provocado.

Lo más importante es que a ellos les sirva de lección para el futuro, que reflexionen y piensen un poco en aquello de que “libertad se conjuga con responsabilidad”. Y para los demás, padres y colegiales, que sepan que el reglamento que todos firmaron al solicitar la plaza está ahí para cumplirse. También cuando el afectado es el hijo-colegial. Aunque duela. Porque es lo mejor, desde el punto de vista educativo, para el colegial y para el Colegio.

Cosas que pasan (2)

Alguno se puede quedar con la impresión de que en el Colegio Mayor pasan pocas cosas y la mayoría malas. Pero no es verdad. Hoy es domingo. Un domingo de febrero, con el cielo lleno de nubes, algo de frío. Se diría que es una oportunidad para la tristeza, para el no saber que hacer, para el aburrimiento. Y hasta es posible que algún colegial esté en esa disposición de ánimo.

Pero basta con dirigirse al lugar oportuno para ver que en el auditorio del Colegio se está desarrollando una actividad de alta intensidad y de gran valor educativo para el futuro de nuestros colegiales. Unos cuantos colegiales divididos en equipos discuten sobre los pros y los contras de la recientemente aprobada ley antitabaco. Están celebrando el torneo de debate y oratoria interno. Los dos equipos ganadores del torneo serán los que representen al Colegio en el torneo que Actividades Conjuntas de los Colegios Mayores de Madrid celebrarán con equipos de los diversos Colegios Mayores. Un relativamente grande número de colegiales están participando en el evento como espectadores.

Esto no es algo bueno. Esto es algo buenísimo. No sólo se trata de que los ganadores tendrán la oportunidad de defender los colores del Colegio tanto como lo hacen los equipos de fútbol sala o de baloncesto. No sólo se trata de que tendrán la posibilidad, si ganan, de llevarse un trofeo y un premio en metálico –la final se celebrará coincidiendo con el acto de clausura de Actividades Conjuntas, que tiene lugar en un Colegio Mayor y con un auditorio totalmente lleno–. Lo más importante es que los participantes en esta actividad aprenden unas habilidades que les serán fundamentales en el desarrollo de su vida profesional. Aprenden a hablar delante de un auditorio, a defender con argumentos sus ideas, a escuchar los argumentos del otro, a dialogar basándose en la fuerza de la razón y no en la razón de la fuerza.

Y aprenden a convivir en diálogo, haciendo práctica así una de las razones de ser de la universidad, lugar de diálogo y debate por excelencia, haciéndose ellos mismos universitarios. Esto es lo más importante. Y esto es buenísimo. Esto también pasa en el Colegio. Y hay que subrayarlo. Y hay que decirlo públicamente. Hay también una juventud que aprovecha la tarde de un domingo de febrero para aprender y prepararse para la vida. ¡Enhorabuena!

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