Hace unos días me ha visitado un antiguo colegial. Dejó ya el Colegio hace cinco o seis años. Desde entonces el tiempo se le ha ido en hacerse cargo de la pequeña empresa familiar, en tratar de sacarla adelante. Me decía que la situación estaba complicada pero que para él esa dificultad no había supuesto un motivo para la desilusión sino un desafío personal. Se ha propuesto ver la crisis como una oportunidad más que como un foso en el que se cae irremediablemente. Está re-inventando, re-creando, re-imaginando ese negocio familiar que funcionó durante muchos años de una determinada manera pero que hoy en día no puede seguir igual.
No está siendo fácil su trabajo. La teoría aprendida en su carrera tiene valor como fundamento y base de su trabajo pero hay que seguir día a día aprendiendo en la escuela de la vida, de la relación. Me decía que podía ser que fracasase en sus esfuerzos pero que siempre se llevaría consigo la experiencia de haberlo intentado. Y también me decía que se estaba dando cuenta de que en su empresa lo más importante ya no eran las cuentas de resultados y los balances, que también, sino las personas. Eso que los modernos llaman el capital humano. Y que era ahí donde había que buscar la excelencia.
Estas semanas en el Colegio se está impartiendo un curso de liderazgo. Dicho así, se puede pensar que es una más de las actividades que se hacen en el Colegio. Una más entre otras muchas. Pero no lo creo. Primero de todo, porque hay que señalar que ha nacido fruto de la iniciativa de los mismos colegiales. Eso ya es importante. Pero, en segundo lugar, porque toca un tema que es clave en el futuro no sólo de los colegiales sino de este país y de nuestro mundo.
La salida de la crisis será posible en el momento en que cada uno de nosotros seamos capaces de ser líderes. Líderes para buscar las oportunidades. Líderes para emprender nuevos caminos. Líderes para renunciar a lo de siempre, porque eso nos llevaría inevitablemente al mismo foso en el que estamos. Un líder no busca culpables, no se queja de la situación, no se queda arrinconado protestando porque “así es imposible hacer nada”. Un líder encuentra y descubre oportunidades allí donde los demás no ven más que oscuridad. Y sale adelante recreando empresas, partidos políticos, asociaciones, estados, ayuntamientos... Un líder es generador de vida y esperanza a su alrededor. Un líder dirige el cambio y se pone al curro como el que más. No convence con la palabra sino con el ejemplo y la persuasión de su actitud y estilo de vida.
Por eso es importante que los colegiales reflexionen sobre el liderazgo. No hacen más que reflexionar sobre su futuro y sobre qué quieren hacer de su propia vida. Si seguir por los caminos ya trillados de siempre o abrir nuevas vías para ellos mismos y para la sociedad. Enhorabuena a los que tuvieron la iniciativa de organizar ese curso y a los que están participando en él.
P. Fernando Torres Pérez cmf