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Domingo de clausura, domingo de becas

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El domingo celebramos el acto de clausura del curso en el Colegio Mayor. Estará precedido como siempre por la Eucaristía, que nos sirve a los creyentes para dar gracias a Dios por todo lo vivido este año. En el marco de esa celebración, unos pocos colegiales recibirán la beca y las insignias del Colegio Mayor.

Más allá del gesto, más allá del detalle y de la fiesta, recibir la beca tiene un sentido: marca el fin de la etapa educativa en la vida de la persona. No sólo celebran el término de la vida colegial en el Mayor. Señalan el final de un período de la vida que comenzó muchos años antes: cuando se ingresó en la primera escuela infantil, cuando se salió por primera vez del seno familiar y cada persona comenzó un proceso de crecimiento y maduración llamado a desembocar en la vida adulta.

En ese proceso se asimilan muchos contenidos, muchos conocimientos. Pero lo más importante es que la persona crezca como tal. Ser adulto es asumir responsablemente la propia libertad, es convertirse en miembro activo de la sociedad humana. El niño necesita que le hagan todo. El niño se sitúa en el centro y todo gira en torno a él. Los demás tienen que estar atentos para atender a sus necesidades. Por el contrario, el adulto se ha descentrado. Se sitúa como uno más en la sociedad. Participa en la tarea común de construir la sociedad en justicia e igualdad. Con su trabajo, con su forma de comportarse, sirve a la comunidad. Libremente participa en las decisiones que afectan a todos. Se siente solidario y corresponsable de la marcha de la sociedad.

La beca debería ser –una pena si no lo es– el momento que marca el final de esa etapa. A partir de ese momento, el colegial se convierte en actor social. Su actitud no puede seguir siendo pasiva sino activa. Ahí se verá si lo que se ha trabajado y vivido y experimentado en estos años ha servido para algo o si se ha hecho una inversión inútil. Malo sería que después de tantos años y esfuerzos no haya más que niños grandes de cuerpo y conocimientos pero niños al fin y al cabo.

Enhorabuena a los cuatro colegiales que recibís la beca del Colegio. Os deseo lo mejor en vuestra vida. Que la bendición de Dios os acompañe. Que sepáis transmitir los valores que en estos años de educación os hemos intentando transmitir.

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