Es un día de mucha fiesta. Así marcamos el final de una etapa, de un camino que ha durado un año, marcado por la convivencia, por las clases y los exámenes, el deporte, el teatro, la sala de estar, el frío y el calor, la lluvia y los días grises, las muchas horas de estudio y tantas otras cosas.
Más allá de la fiesta, lo importante es echar la mirada atrás y evaluar si ha valido la pena, si se han aprovechado las oportunidades, si al final del curso somos más responsables y maduros que al principio.
Para algunos esta fiesta supone el final no sólo de un año sino de una etapa. El año que viene comenzarán una vida fuera del Colegio. Así lo han elegido. Posiblemente, como siempre que se comienza una nueva etapa, miran el futuro con ganas de que llegue, con ilusión. Se van con sus amigos a un piso. Les deseamos que vivan bien esa experiencia.
No siempre sale bien. La convivencia en un piso puede ser mucho más complicada y difícil que la convivencia en el Colegio Mayor. Les deseamos que puedan aprender de ella, que sigan creciendo y madurando en lo que son los valores fundamentales: el respeto a la dignidad, a la de ellos mismos y a la de los demás, la libertad, la tolerancia, la comprensión, la promoción de los derechos humanos... todos esos valores que son los que construyen una sociedad vivible y acogedora para todos, una casa común donde nadie quede excluido.
Para otros la fiesta marca el final del curso y la mirada, aunque no se hayan terminado del todo los exámenes, se lanza ya hacia el año que viene. Algunos están pensando ya a qué comisión se van a presentar cómo responsables. Surgen nuevas ideas y propuestas.
A todos les deseo que no pierdan el tiempo, que lo aprovechen y lo vivan. Los desafíos que les esperan un poco más adelante, en el momento en que terminen sus estudios, van a ser muy grandes. Esta crisis en que vivimos no es de las que pasan en un año. La sociedad se tendrá que reorganizar de alguna manera. Y los colegiales del Jaime, los universitarios españoles están llamados a participar de una manera muy especial en esa reorganización, en la construcción de una sociedad más justa, más honesta.
La clausura marca el fin del curso. Deseo a todos los colegiales que haya sido un curso bien aprovechado, bien vivido y bien aprendido. Si no es así, habremos perdido el tiempo. Y tiempo que se pierde es tiempo que no vuelve.
P. Fernando Torres Pérez cmf