Estos días de mayo coinciden en la vida colegial dos hechos al mismo tiempo. Por una parte los colegiales se enfrentan a los exámenes. Son los últimos del curso. Hay que hacer un esfuerzo extraordinario. Unos tienen por delante la posibilidad de completar un curso brillante, fruto del trabajo constante desde octubre. Para otros este tiempo es la posibilidad de corregir algunos errores o incluso “perezas” que ha habido a lo largo del curso. Es tiempo de estudio. Se nota en el ambiente del Colegio, en que las salas de estudio y los seminarios están casi permanentemente ocupados y la biblioteca nueva tiene a casi todas las horas luces encendidas. Se estudia duro y muchas horas.
Pero también estos días están viniendo por el Colegio los chicos que, recién terminado el Bachillerato, están pensando en venir a Madrid a comenzar una carrera universitaria el próximo curso. Muchos de ellos están pensando en nuestro Colegio como la mejor opción. Creen que integrarse en un Colegio Mayor, en el nuestro en concreto, es la mejor decisión que pueden tomar en esta nueva etapa de su vida que están a punto de comenzar. Con ellos vienen sus padres. Hacen la entrevista y quieren también conocer el Colegio.
Ahí es donde se juntan los dos hechos. Porque en el Jaime del Amo, tradicionalmente, la entrevista con el aspirante la hace uno de los subdirectores, David o Carlos, o el que escribe estas líneas. Pero lo de enseñar el Colegio lo hace siempre un colegial. Se os pide el favor de dejar vuestro trabajo, vuestro estudio un momento y que dediquéis un tiempo a mostrar el Colegio al aspirante y a sus padres.
Todos sabemos que ese “enseñar el Colegio” es mucho más que mostrar las instalaciones materiales. El chico y sus padres entran en contacto directo con vosotros, colegiales. A través de vuestros comentarios, de vuestra forma de relacionaros, de hablar, decís mucho de lo que es el Colegio. No es un servicio sin importancia. Es más, creo que es muy importante y que lo hacéis muy bien.
Por eso, desde aquí, os quiero dar gracias a todos los colegiales por vuestra disponibilidad, por ser generosos con vuestro tiempo, por vuestra amabilidad. Ese tiempo que dedicáis a “enseñar el Colegio” forma parte de la primera acogida al chico y a sus padres. Sé de muchos, porque luego me lo dicen, que se quedan impresionados por vuestra forma de hablar del Colegio, porque les hacéis ver que el Colegio es realmente un lugar donde vivir, donde estudiar, donde hacer amigos, donde crecer y madurar como personas. De todo corazón, ¡muchas gracias!