Dirán algunos que para qué hay que seguir hablando de este tema. Ya pasó su tiempo. Ya pasó el tiempo en que los nuevos colegiales llegaban con un poco o mucho de temor al Colegio por primera vez. Ya pasó el tiempo en que los padres de esos nuevos colegiales recibían las llamadas de sus hijos contándoles las cosas terribles que les habían obligado a hacer. Ya pasó el tiempo en que algún periódico publica su artículo, el de todos los años, sobre las novatadas en los colegios mayores. Ya pasó el tiempo en que en cualquier reunión de directores de colegios mayores nos miramos unos a otros pensando que casi seguro a alguno le ha tocado la china este año y que menos mal que a mí no me ha tocado –desgraciadamente no ha sido el caso este año en este Mayor–.
Pero hay que seguir hablando porque las novatadas son la puerta de ingreso de los nuevos colegiales en el Colegio Mayor. Es su primer encuentro con él y con los que van a ser sus compañeros durante unos años. De ellos aprende lo que es un Colegio y lo que es la vida en un Mayor. Lo más importante no es lo que se escucha en la primera acogida en el despacho de Dirección sino en la primera salida al parque con los que a sí mismos se llaman “veteranos” para hacer su primer botellón entre croquetas y flexiones y otras cosas que es mejor no decir aquí.
Hay que seguir hablando porque, si queremos que algún día desaparezcan, es una tarea que debemos enfrentar conjuntamente la dirección del Colegio con los padres de los colegiales, de los nuevos y de los no nuevos. Es una pena que para muchos padres, una vez superada la primera etapa en que a su hijo le ha tocado sufrir, se despreocupen absolutamente del tema. Y en el caso de que pasado el tiempo, al año siguiente o a los dos o tres años, le llegue a su hijo un castigo por participar en una novatada, se preocupen sobre todo por disculpar, por decir que eso no tiene importancia y que a su hijo sí que le tocó pasar por muchas en su momento y “entonces la dirección no hizo nada”.
Siempre digo que los novateados de hoy se aprestan a ser los novateadores de mañana. De primero a segundo los colegiales pasan de víctimas a verdugos. Y se creen con derecho a ello. Por eso, los padres tienen que aprovechar cualquier momento para hablar del tema, para recordar a sus hijos lo importante que es respetar los derechos de todos y especialmente de los más débiles y que nunca la diversión puede ser a costa de la dignidad de los otros. ¿Por qué no van a ser las vacaciones de Navidad una buena oportunidad para hablar de ello?