La lista de admitidos

El día uno de julio se enviarán las cartas –correos electrónicos en realidad– a aquellos de los que han solicitado plaza para el curso 2013-2014 en este Colegio Mayor. Correos o cartas similares estarán saliendo al mismo tiempo del resto de Colegios Mayores adscritos a la Complutense.

Un buen grupo de jóvenes y sus familias verán como se abre ante ellos uno futuro nuevo por el que han estado trabajando y esforzándose durante los últimos años. No es de ninguna manera la meta. Supone sólo el comienzo de una nueva etapa. Unos y otros vivirán este momento con ilusión y temor.

En su correo se encontrarán quizá con que se les ha concedido plaza en más de un colegio mayor. Es un buen momento para sentarse la familia en concilio y ver los pros y los contras de cada uno de los mayores visitados y solicitados. Cuentan las instalaciones. Cuenta el estilo del Colegio. Cuentan los amigos. Cuenta la cercanía o lejanía al centro universitario donde se cursarán los estudios. Cuenta lo que se imagina, lo que se desea, lo que se espera, lo que se teme. Al final, se tomará una decisión. Es de esperar que sea la mejor de las posibles.

Otros recibirán otro correo donde se les informa de que están en “lista de espera”. Deberán confirmar que quieren estar en ella. Y, lo más probable, es que en pocos días –una semana como mucho– reciban la oferta de una plaza para el curso siguiente. Será también el momento de decidir.

Lo importante es saber que los que realmente desean estar en un Colegio Mayor, lo van a conseguir. Lo más importante es ser consciente de la gran oportunidad y del gran privilegio que supone para los jóvenes esta posibilidad de formar parte de la comunidad colegial durante un tiempo.

Es una pena que muchos, jóvenes y familias, lo vean como una especie de entreacto antes del piso de alquiler con el grupo de amigos. Es una pena porque se pierden lo mucho de bueno que ofrece un Colegio Mayor: aprender a convivir al tiempo que se aprenden y practican una serie de valores, absolutamente necesarios para la vida de adulto, a través de las actividades, del estudio y de la vida compartida. Crecer y madurar en libertad y responsabilidad, en solidaridad, aprendiendo lo que es la justicia, la tolerancia, y tantas otras actitudes necesarias para la vida profesional, familiar y de relación, es lo que ofrece nuestro Colegio Mayor.

Figurar en la lista definitiva de admitidos es un privilegio al que los mismos colegiales se tendrán que hacer acreedores a lo largo de su estancia en el Colegio. Nada en la vida se da gratis. Todo exige esfuerzo y trabajo. ¡Ánimo! Hay mucho que hacer, hay mucho que vivir, hay mucho que aprender.

P. Fernando Torres Pérez cmf