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Lo mejor del Colegio

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La escena tenía su punto de extrañeza. Cinco colegiales en la mesa presidencial. Cada uno con su nombre escrito en una tarjeta situada ante él. Y bajo su nombre otro título: “Centro Hispano-Ecuatoriano”, “Bokatas”, “Comedor de Inmigrantes”, “Catequesis”, “Alfabetización Digital”. A un lado el P. Teodoro, de pie, haciendo de maestro de ceremonias. Y de público, un colegial y un subdirector.

Claro. Es que estamos en la Semana de la Solidaridad. Y este acto ha sido uno de los que se han preparado. Se trataba de que unos colegiales hablasen de su experiencia como voluntarios en organizaciones muy diversas pero siempre al servicio de otras personas (inmigración, educación...) a los demás colegiales.

A la vista de lo visto en aquel momento se me ocurren dos reflexiones. La primera es preguntarme dónde estaban el resto de los colegiales. En aquel acto no venía nadie de fuera. Eran compañeros los que, con toda sencillez, iban a hablar de su experiencia a sus mismos compañeros. ¿Por qué aquél vacío en el auditorio? ¿Por qué sólo un colegial había acudido a la convocatoria? ¿Es que lo del voluntariado no tiene tirón? ¿Es que había fallado la publicidad? Ahí quedan las preguntas.

La segunda reflexión es mucho más positiva. La realidad es que no son sólo cinco colegiales los que están participando en ese tipo de actividades de voluntariado. Hay que multiplicar por cinco esa cifra. En torno a 25 colegiales encuentran un tiempo cada semana para ir a compartir con los que menos tienen, con los que no tienen, con los que necesitan ayuda. Dan su tiempo y su presencia, sus conocimientos y su cercanía. Los que allí estuvieron representaban a sus compañeros. Hablaron de su experiencia. Dijeron que no sabían si aportaban mucho pero que sentían que sí recibían. Que en realidad había un intercambio que resultaba positivo para las dos partes. Que les ayudaba a conocer otra realidad no tan luminosa y sonriente como la que estamos acostumbrados a ver. Y, luego, dijeron que eran más. Pasa que a veces los turnos de tarde ponen difícil participar en este tipo de actividades.

Me fui contento de la sala de vídeo. Tenía ante mí a lo mejor del Colegio. Hay veces en que uno tiene el privilegio de ver los muchos valores positivos que acumulan los colegiales del Jaime. Éste fue uno de esos momentos. No significa que a alguno de ellos no haya que tirarle de las orejas en alguna ocasión. Pero lo que se pudo ver en aquella sala vale mucho más.

Enhorabuena a todos los que participáis en el voluntariado. Haciéndolo hacéis que este Colegio sea mejor. Lográis romper la burbuja de la comodidad en que a veces se recluyen los colegiales y conseguís acercarnos a todos a la realidad de este mundo. Os deseo que la justicia se convierta en una pasión para vosotros. Y que nunca os olvidéis de los que necesitan de vuestra ayuda. Gracias por vuestra entrega. Gracias por vuestra generosidad.
Sólo falta que seáis capaces de animar a otros a seguir a vuestro compromiso.

P. Fernando Torres Pérez cmf

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