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Navidad en Familia

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La inmensa mayoría de los colegiales del Jaime valoran a su familia como lo más importante de su vida. Es como si hubiese dos niveles. Están los amigos. Son importantes. Hasta podríamos decir que son fundamentales. Y eso en una edad en la que a veces no se tiene del todo claro cuáles son los amigos de verdad, cuáles son fruto del interés, cuáles son amigotes para ir de fiesta y nada más o... Hay muchas posibilidades. El tiempo ira cribando las relaciones. Muchos de los que parecen amigos esenciales en el primer año casi desaparecen en el segundo o tercer año de universidad. Más adelante, cuando muchos dejan el colegio mayor para irse a un piso “con los amigos” se hace otra criba. La vida es así. Va siempre apretando y separando, eso sí sin prisa, lo verdaderamente valioso de lo que era o es sólo oropel y pura apariencia. Ciertamente los amigos, el grupo, el muy importante para los colegiales.

Pero la familia lo es más. La separación física que les ha impuesto esta etapa de su vida hace que no tengan una relación tan inmediata con sus padres y el resto de la familia. Apenas son conscientes, ni los padres ni ellos, de que se han ido de casa, de que han comenzado a volar solos, de que han dejado el nido, aunque todavía permanezcan algunas dependencias. A veces les molestan. Son las últimas trabas que les permitirán volar libres. Se quieren desembarazar de ellas. Por eso, a veces, puede parecer que es un momento de ruptura.

Pero no es así. Se puede producir una ruptura en algunos aspectos. Pero la relación permanece. Y con el tiempo, lo normal es que se fortalezca y se profundice. De otra manera. Diferente. Pero más duradera, más viva. Más basada en el amor desinteresado. Eso suele ser lo normal. Es un proceso que lleva tiempo. A veces, se producen por medio algunos conflictos. A veces, hay dolor sentido por ambas partes. Pero el final es mejor que el principio.

Hoy, la inmensa mayoría de los colegiales han celebrado la Navidad con su familia. Padres, tíos, tías, abuelos, abuelas, hermanos, hermanas, han estado presentes de una u otra manera en la celebración. Quizá no lo saben pero en el futuro atesoraran estas celebraciones familiares, estos encuentros. Formarán parte de sus memorias mejores. Les hablarán de cariño, de hogar, de acogida sin medida y sin condiciones. Y es de esperar que intenten reproducir eso con sus hijos.

Les deseo a todos los colegiales una Navidad en familia, hecha de ternura, de calor de hogar. Y que la guarden en su memoria para siempre. Ésta y muchas otras. Porque en esa memoria tendrán el sacramento de lo que debería ser nuestro mundo. ¡Feliz Navidad para todos!

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