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El 24 de octubre celebramos en el Colegio la inauguración oficial del curso académico. Vendrá a estar con nosotros Doña Cristina Velázquez Vidal, Vicerrectora de Atención a la Comunidad Universitaria y Delegada del Rector para los Colegios Mayores. Todos los años celebramos este acto por estas fechas. Lo podíamos hacer antes, dado que el curso ya ha comenzado hace tiempo. Hasta los más tardones, los de la Complutense, llevan ya tres semanas de clases.
Si lo hacemos ahora, es por alguna razón. Es que precisamente el 24 de octubre se celebra la fiesta de San Antonio María Claret, fundador de los Misioneros Claretianos y patrón del Colegio Mayor. El P. Claret forma parte de la historia del siglo XIX español. Fue un sacerdote catalán que quiso ser misionero itinerante, predicando el Evangelio a todos los que lo querían escuchar en una época difícil y complicada, a caballo entre un mundo que desaparecía y otro que nacía a caballo de la revolución industrial y de muchas más revoluciones políticas. Por su entrega y fidelidad a su vocación, le hicieron obispo. Estuvo destinado en Santiago de Cuba. De allí volvió a España para ser confesor de la reina Isabel II. Con ella tuvo que abandonar España cuando la revolución derribó la monarquía e instauró la república. Murió en el destierro.
Como se ve, tuvo una vida agitada. Pero un único propósito: anunciar el Evangelio. Creía firmemente que el mensaje de Jesús era lo único que podía traer paz auténtica al corazón de unos hombres y mujeres, los de su siglo, tan agitados.
Después de siglo y medio, los Misioneros Claretianos seguimos pensando que el Evangelio es el mejor de los bálsamos y de los estimulantes que pueden ayudar a las personas a hacer de este mundo un lugar mejor para todos, un reino de fraternidad, donde nadie sea excluido, una sociedad donde la justicia sea algo más que el complimiento de unas leyes, donde se atienda verdaderamente a las necesidades de las personas, donde los fuertes sepan renunciar a sus derechos en favor de los débiles, donde los deberes estén tan presentes como los derechos.
Por eso estamos aquí, en el Colegio Mayor. Nuestro objetivo no es sólo proporcionar ambiente de estudio a los universitarios que solicitan plaza en el Mayor. Queremos que sea un verdadero centro educativo, donde las personas crezcan en libertad y responsabilidad, donde se lleguen a sentir miembros de una sociedad que todos tenemos la responsabilidad de construir y de mejorar. Queremos que el sueño de Jesús de Nazaret, el Reino de Dios, que alentó la vida del P. Claret, siga alentando –con otras palabras, quizá– los ideales de los colegiales. Celebrar con el P. Claret la inauguración del curso es una forma de sellar nuestro compromiso de lo que queremos que sea este año. A ver si lo conseguimos.