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Padres educadores

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Este rincón de la web colegial es, casi siempre, la voz del director dirigida, como primeros destinatarios, a los colegiales. Hoy quiere ser algo distinto. Tomo prestada la palabra de dos padres que por escrito se han dirigido a la Dirección. Otros padres por teléfono nos han expresado este mismo sentir. Son palabras que enseñan como al tiempo se puede ser padres y educadores, querer al hijo con la misma intensidad que se reprueba un acto como una novatada. Querer puede significar a veces poner límites, asumir responsabilidades y tomar posiciones coherentes con lo que se ha elegido. Es un modo también de reconocer que la tarea educativa no tiene una sola dirección sino que es tarea de todos, también de los padres a pesar de la distancia.

Un padre de un colegial nos hace llegar las consideraciones hechas a su hijo al tener conocimiento de la expulsión por novatadas de algunos colegiales: “Ante esta injusticia por parte de los que habéis apoyado con vuestra protesta, a los que han hecho esta novatada creo que os situáis frente a la dirección y perdéis su confianza. Creo que pretendéis echar un pulso a la dirección y olvidas, en tu caso, que tu elegiste este colegio entre todos los demás, que era tu Colegio preferido y que tuviste otras posibilidades. Desde el primer momento este Colegio dejó clara su actitud ante las novatadas, con normas claras y que mejoran sin duda la convivencia entre los alumnos, vuestro sentido de la justicia y por lo tanto vuestra educación. Ante esta actitud vuestra, habría que pensar en lo que le hicieron al novato, en cómo se sentirá y en lo que pensarán sus padres”.

Una madre con humildad se atreve a hacernos tres reflexiones deseando que aprendamos todos, colegiales, padres y Dirección, de las circunstancias desagradables vividas en el colegio. Me hago eco de sus palabras. “La primera dirigida a los colegiales, mayores de edad, para que sean conscientes de que, cualquier acto, por muy inocente e ingenuo que pueda parecer, tiene consecuencias imprevisibles para su futuro y para el de sus familias. Les diría que el Reglamento es el que ellos han elegido sin que nadie les obligue, luego es un acto de incongruencia pretender cambiarlo una vez dentro del colegio.

En segundo lugar he llegado a la conclusión de que los padres nunca debemos bajar la guardia y que jamás debemos dar nuestra labor educativa por terminada, ni la formación por concluida. Admito en ello nuestra cuota de responsabilidad.

Y por último una sugerencia a la Dirección: quizás no estaría de más que durante el curso se recordara con mayor insistencia a los colegiales que serán los próximos veteranos la seriedad del compromiso que por escrito han contraído y rubricado”.

Solo me queda rubricar y dar gracias porque son palabras que nos hacen sentir en el mismo barco. Parece evidente, pero hay que recordarlo siempre: cada día hay que aprender a ser padres y educadores de los propios hijos.

P. Teodoro Bahillo Ruiz cmf

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