Es comprensible la emoción e ilusión con que los nuevos colegiales admitidos en el Colegio Mayor para el curso 2010-2011 están viviendo estos días. Un mundo nuevo está a punto de abrirse ante ellos. Es un mundo lleno de posibilidades, de desafíos, de retos y, por supuesto –porque la vida es así– de peligros. Cuando termine el curso será tiempo de hacer evaluación y ver el camino recorrido. Pero ahora es el momento de soñar. Madrid, la gran ciudad, la Universidad y las clases, los nuevos amigos, la vida en el Mayor, todo es nuevo. Todo está lleno de interrogantes. Poco a poco se irán encontrando las respuestas. Estoy seguro de que para la mayoría va a ser una experiencia que marque sus vidas y en sentido positivo. ¡Claro que sí!
Son muchos los nuevos colegiales que van a llegar en los primeros días de septiembre. Así lo imponen los calendarios académicos de sus universidades. Y se va a dar en el Mayor una situación novedosa. Durante prácticamente quince días, el Colegio va a estar ocupado prácticamente por sólo los nuevos colegiales. Tendrán tiempo de conocerse, de conocer el Colegio. Organizaremos algunas actividades y reuniones para que se vayan haciendo a la idea de lo que es la vida en un Colegio Mayor. Será tiempo de bienvenida y de ir despejando las primeras dudas, de ir encontrando las primeras respuestas a las preguntas que ahora sólo se responden imaginando o soñando. Será tiempo de ir haciendo los primeros amigos en esta nueva etapa que comienza.
Habrá que ir a clases y comenzar con los trabajos. Los que entran ya con el plan Bolonia se pueden ir haciendo a la idea de que quizá van a tener menos exámenes de esos dificilísimos que antes se tenían una o dos veces al año en cada asignatura pero con toda seguridad van a tener más trabajo, un trabajo que deberá ser constante si se quiere llegar con bien al final del curso. Por eso, desde el principio habrá que insistir en que sólo el trabajo constante y la disciplina que se marque cada colegial darán fruto a su tiempo.
Pero el Colegio Mayor es muchas otras cosas. Me lo decía hace unos días un colegial de quinto. “Es una pena que muchos pasen por el Colegio sin enterarse y sin aprovechar todas las posibilidades que ofrece”. Es que el Colegio Mayor es como un tesoro escondido. No está accesible para todos. Hay que buscarlo. Hay que esforzarse. Pero el que lo encuentra, se llevará consigo una riqueza que le acompañará toda su vida.
Desde estas líneas quiero dar la mejor de la bienvenida a los nuevos colegiales y a sus familias. Y que todos sean capaces de encontrar el tesoro.