Al clausurar un nuevo curso es oportuno y necesario dirigir nuestra mirada a la novedad que ha enriquecido la pequeña historia de estos meses en nuestro Mayor. Acompañadme en esta mirada al pasado.
De modo muchas veces imperceptible, con acontecimientos sencillos, de los que intento hacer memoria ahora, intervenimos en la creación continuada de nuestra historia, de nuestra biografía, haciendo de esa naturaleza un poco silvestre que somos, naturaleza cultivada elevándonos a un modo de ser y existir de rango superior.
Ha habido oportunidad para formarse en el Curso de preparación al mundo laboral compartido con el CM Poveda y el Curso de oratoria y debate al que siguió la participación en cuatro Torneos de Debate a lo largo del año (P. Claret, Elías Ahuja, Complutense y Colegios Mayores). Oportunidad también de cultivarse en el club de lectura acercándose a autores como José Saramago y Saint-Exupéry. Oportunidad de situarnos ante realidades distintas a las del mundo de la propia carrera con las diversas conferencias ofrecidas: unas acercándonos a la actualidad nacional e internacional (“La formación de gobierno en la actual situación española”, “Las primaveras árabes: cinco años después”, “La verdad tras el desarme de ETA”, “Estados Unidos y la situación política actual”), otras sobre desarrollo personal y el futuro que os está esperando (“El liderazgo o cómo conquistar el siglo XXI”; “El talento para el ahora”, “Éxito universitario en 101 consejos”, “La vida del opositor”, “La ITV del noviazgo”). No han faltado tampoco este año oportunidades para algunas visitas significativas (Palacio de la Moncloa, Congreso de los Diputados, Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional), para cultivar y compartir talentos escondidos en el Jaime’s Got Talent, el Concierto de música Santa Cecilia o la representación de la obra de teatro “Los árboles mueren de pie”; o para despertar nuestra sensibilidad hacia los más débiles y necesitados, con el Festival Solidario, el Torneo Solidario con el CM Mara, la participación siempre discreta y callada en algunos voluntariados o la experiencia en Camboya compartida por el antiguo colegial Enrique Flores.
Sólo como punta de ese iceberg que es la vida colegial, no puede faltar un reconocimiento por el premio alcanzado, pero sobre todo por el esfuerzo, dedicación y pasión que han puesto sus protagonistas: la victoria en el campeonato intercolegial de pádel y el tercer puesto en el Torneo de debate de Colegios Mayores en el marco incomparable del Senado.
La participación en toda esta vida colegial va acompañada a través del reconocimiento de forma simbólica en aquellos que han destacado de modo más significativo a lo largo de todo el curso, pero deseo expresar mi agradecimiento a quienes a partir del esfuerzo en los estudios, la convivencia diaria y la organización y participación en las actividades, han construido a la sencilla historia de este curso en nuestro Mayor.
Cuando se clausura un curso, cuando se acaba una etapa en la vida, siempre espera un reto más allá. Se trata de afrontarlo pertrechados con la ciencia y la formación que la vida universitaria regala y sin ese pesimismo vital que la ausencia de ejemplaridad que nos sacude en el ámbito público puede alcanzar en tiempos de cambio. Se trata de reivindicar y proclamar aquello de que, al parecer, carecemos: la generosidad, el compromiso desinteresado por la justicia, la honestidad personal, el gusto por la obra bien hecha, la humildad de reconocer que no lo sabemos todo y que nos incita a seguir aprendiendo.