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Una mirada al tablón

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En estos días en los que ante las bajas temperaturas miramos con más asiduidad los termómetros, no parece inoportuno echar un vistazo a la temperatura de la vida colegial. Uno de los termómetros para valorar la calidad de nuestra convivencia es, sin duda, las entrevistas que con dirección van teniendo cada uno de los colegiales, ocasión para examinar, valorar, aportar, sugerir, poner acentos y expresar deseos. No es el momento aún de sacar conclusiones de estas entrevistas, porque aún se encuentran en pleno desarrollo.

Hay otro termómetro que puede resultar muy significativo: detener la vista en los tablones donde se recogen parte de las actividades que se ofertan desde las diversas comisiones.

Esta mirada curiosa nos permite descubrir que estamos en un mes de expectativas y posibilidades. Tras varias semanas en que las corcheras se asemejaban a los árboles sin hojas de esta época del año y daba lástima pasar por delante porque parecía que el colegio estaba cerrado o en hibernación, lo cierto es que pasada la época de exámenes algo ha cambiado. Esta semana el aspecto es bien diferente. Así podemos ver anunciadas 5 actividades en la sección de culturales, cuatro en la de religiosas, tres en la de deportes y otras tres en la de estudios.

Este sencillo hecho es bueno, muy bueno para la salud de la vida colegial, que siempre debe ir más allá de las obligaciones académicas y de las relaciones amistosas de cada uno. Se abre así la posibilidad de salir a la sierra, visitar un museo, asistir a una conferencia, hacer deporte, vivir la fe en un encuentro de oración o en una peregrinación a un lugar muy especial para quienes dirigimos este colegio mayor, los claretianos.

Sólo me queda animar ahora a la participación. La responsabilidad de los colegiales al frente de las comisiones es ofrecer actividades; la responsabilidad de los demás es participar y aprender con ellas. La participación en la vida colegial es un elemento imprescindible para todo colegial. Los créditos medirán a fin de año esta participación. Está claro que el estudio es prioritario. Pero, salvo muy raras excepciones, se puede participar en las actividades y estudiar todo lo que sea necesario y más. El secreto está en saber organizarse el tiempo. Y en establecer las adecuadas jerarquías y prioridades. No se puede participar en todo. Pero se pueden hacer muchas cosas.

Tenemos dos meses por delante para aprovechar esta rica vida colegial. Es así como se aprende, se crece, incluso, ¿por qué no?, se disfruta y se divierte.

Aprovecha esta oportunidad, no dejes para un futuro incierto lo que puedes hacer hoy, aquí y ahora.

¡Carpe diem!

P. Teodoro Bahillo Ruiz cmf

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