En el tiempo que llevo en el Colegio, ha habido bastantes ocasiones en que hablando con algún colegial, que había cometido una falta, éste me ha pedido que “le diésemos una oportunidad.” Implícita en la petición iba la promesa de que no iba a volver a suceder ni lo que había motivado la aplicación del reglamento ni ninguna otra situación o hecho susceptible de ser entendida como falta.
A veces se ha concedido esa nueva oportunidad. Pero en todos los casos he intentado que el colegial entendiese que lo que estaba pidiendo no era la primera oportunidad de demostrar que podía hacer bien las cosas sino “otra” oportunidad. Porque esa primera oportunidad ya se le había dado en el momento de entrar al Colegio Mayor.
La realidad es que tener la posibilidad de vivir los años de universidad en un Colegio Mayor es una gran oportunidad, una suerte que no todo el mundo tiene. Supone vivir en un ambiente de amistad, en una convivencia enriquecedora por la diversidad de orígenes, de edades, de estudios, de culturas... Todo eso es ya una oportunidad de enriquecimiento personal en todos los órdenes.
Pero es que además, en el Colegio Mayor se ofrecen una serie de actividades que también pueden aportar muchísimo al enriquecimiento personal de los colegiales. Desde las salidas a la montaña en lo que se ha dado en llamar “Aula de la Naturaleza” hasta poder escribir en una revista pasando por aprender a expresarse en público. Y siempre con la necesidad de hacer todo en equipo, aprendiendo habilidades relacionales que serán fundamentales para el futuro del colegial, tanto en su futuro laboral como familiar.
Hubo una vez un colegial que se hizo cargo del equipo de baloncesto. Lo planteó como una cosa de los tres que sabían jugar bien. Los otros no tenían nada que decir, no llegaban a tocar la pelota, todo era para gloria de aquellos tres. Terminaron perdiendo. Pero eso no fue lo peor. Lo peor fue que desaprovecharon la oportunidad de aprender a trabajar en equipo, de hacer equipo. Perdieron la oportunidad que la vida en el Colegio les puso a su alcance. Lo siento por ellos.
Podría poner más ejemplos. El teatro puede ser visto como una actividad donde lo más importante es ir a ligar y a lucirse delante de las chicas. En definitiva, a pasar el rato. O puede ser visto como una oportunidad para vivir de cerca una importante realidad cultural, para conocer y expresar lo que el autor de la obra quiere decir, para tocar de cerca actitudes y sentimientos que están en lo más profundo de nuestra cultura. Lo primero es perder la oportunidad. Lo segundo es aprovecharla.
Desgraciadamente sucede que a veces los colegiales pasan por el Colegio pero el Colegio no pasa por ellos. Lo siento por ellos. Porque las oportunidades que se desaprovechan no vuelven nunca. Habrá otras pero no las que se han dejado de lado. Por mi parte, sigo esperando que esto les suceda a los menos. Y que los más tengan claro que ésta es su oportunidad. Y que es de tontos desaprovecharla.
P. Fernando Torres Pérez cmf