Si hay algo que me atrevo a decir que recordaremos de este curso, es la compra de la fabulosa TV de 85 pulgadas para la sala de estar. Las caras de alegría sobraban ante tan fabulosa sorpresa, y encima en el año del mundial de fútbol.
Impresiona todavía ver las imágenes tan nítidas y tan grandes, con la última tecnología y en alta definición, que nos llevan a pensar, quizá, lo diferente que lo veíamos antes.
¿Con la vida nos pasará lo mismo? Puede que seguramente.
A veces existen problemas serios y resulta entendible que nos cueste encontrarle color a la imagen o que pueda sintonizar bien una antena que intenta sostenerse recta frente al viento, en la altura de un tejado.
Pero cuál es nuestra responsabilidad cuando todo lo miramos mal o ni siquiera lo miramos, cuando evadimos la autocrítica, cuando vemos los canales en blanco y negro en pleno siglo XXI, cuando nos perdemos los detalles pese a poder contar con una pantalla de 85 pulgadas en donde ver nuestra vida.
Queridos colegiales, recuerden que tienen la juventud, las ganas y la ilusión para poder vivir éste presente en Full HD. No dejen de mirar con colores vivos, utilizando la alegría y la convivencia como principal tecnología, dejando de lado los conflictos; sigan profundizando en cada posibilidad que les brindan sus padres, sáquenle partido al máximo a la experiencia madrileña de estar en un Colegio Mayor, buscando en nuestro “manual vital”, la cantidad de funciones y aplicaciones que pueden llegar a tener y vivir. Vean en pantalla gigante, en definitiva, cada capítulo de su propia serie personal, aquella que protagonizan con sus actitudes, sentimientos, valores y méritos.
Tienen la inmensa posibilidad, si quieren, de poder mirar la vida “en 85 pulgadas”, con gran nitidez y a todo color. No esperen al próximo mundial y busquen esa mirada que les hará felices.
Carlos Pesado Riccardi - Director