Las actividades en un Colegio Mayor deben ser organizadas y llevadas adelante por los mismos colegiales. Esto es un axioma básico de la vida de cualquier Colegio Mayor. Porque el objetivo fundamental, su finalidad, no es que las actividades salgan bien. Eso tiene su importancia. Pero no es lo más importante. Lo central, lo clave, lo primordial, lo esencial, es que sean los mismos colegiales los que se responsabilicen de organizarlas en todas sus dimensiones. La Dirección puede animar y apoyar pero en ningún caso debe hacer. Es un punto de colaboración pero que no debe ir más allá ni quitar el protagonismo a los colegiales. Son ellos los responsables de las actividades, de la vida colegial.
Eso significa que no siempre, no todos los años, las actividades salen bien. Ha habido años en que el teatro ha salido mejor que otros. Ha habido algún año en que la revista colegial no ha salido. Ni siquiera un número. Ha habido años en que los resultados deportivos han sido brillantes. En otros hemos sido eliminados a las primeras de cambio. Todo eso no es más que la superficie. Buenos o malos resultados, lo que importa es si ha habido colegiales que se han implicado en la organización de las diversas actividades y han asumido la responsabilidad de coordinar a sus compañeros, con todo lo que eso implica.
Para eso, a principio de curso se elige democráticamente a los responsables de las diversas comisiones y actividades de entre los mismos colegiales. Sus nombres están en el vademécum, popularmente llamado “carero”. Esa responsabilidad se tiene en cuenta a la hora de valorar la vida del colegial. Porque algunos da la impresión de que se presentan para que su nombre salga impreso pero poco más.
Con todo, los elegidos no agotan las actividades. No son elegidos para tener el monopolio de la actividad sino para ser los promotores, capaces siempre de acoger y apoyar las iniciativas de sus mismos compañeros. Lo suyo no es reunir a sus amigos para hacer de esa comisión “su” comisión, la de su grupito, donde nadie más puede entrar. No son elegidos para mangonear sino para servir y promover. Esto del servicio es algo fundamental para aprender para la vida, para la del Colegio y para la que tendrán que vivir fuera del Colegio. No se trata de aprovecharse del cargo sino de poner su valía al servicio del bien común. En este caso del Colegio. En el futuro de la sociedad.