En la dirección de este Colegio Mayor hay opiniones encontradas sobre el fútbol. No a todos nos gusta. Pero se entiende que a mucha gente, a muchos de los colegiales, les gusta y mucho. Es un deporte de “masas” que se dice hoy y, posiblemente, no podía ser de otra manera.
En un Colegio Mayor el fútbol se ve en la sala de televisión. Es más, la sala de televisión casi se ha quedado reducida a una sala para ver fútbol. Hoy en día, la series, las películas, las noticias, se ven más en el ordenador personal –que más que un instrumento de trabajo es un aparato para el ocio–. Pero el fútbol se ve en grupo.
Y la sala de televisión es el sitio adecuado para juntarse con los compañeros, sufrir con el equipo de cada uno y alegrarse con la victoria, protestar del árbitro cuando árbitra en contra de los “míos” y aplaudirle cuando lo hace contra los otros. Incluso pegar un bote cuando un gol da la victoria tan deseada y gritar un “¡ay!” cuando el balón que parecía que iba a entrar no encuentra su camino y termina en las gradas o en el fondo del campo sin entrar en su lugar.
Hasta ahí todo bien. Pero hay algo que no se puede admitir en un Colegio Mayor y es que la sala de televisión, durante los partidos del fútbol, se convierta en un lugar donde todo está permitido, donde el insulto gratuito se dirige a cualquiera que no sea de los “míos”. Parece que algunos no saben controlarse y que pasan de la emoción a la agresión verbal sin tener en cuenta que han saltado sobre una barrera que nunca deberían haber sobrepasado.
Quizá sea porque el fútbol desata pasiones, como tantas veces se dice. Pero es que precisamente crecer y madurar significa aprender a controlar las pasiones, a dominarlas, y a vivirlas siempre en un clima de respeto y tolerancia. Eso que es válido en el campo de la política, también debería serlo en el deporte y, en especial, en el fútbol. Menos aún identificar a determinados equipos con opciones políticas y aprovecharse de ello para caer en la violencia verbal contra los seguidores del otro equipo, que por supuesto no van a la sala, y de paso también contra los que tienen esas otras opiniones políticas diferentes.
Un Colegio Mayor es sobre todo una escuela de convivencia, de diálogo y tolerancia, de buen juego. Eso se demuestra necesariamente también en el deporte. La sala de televisión es un lugar donde hay que demostrar la educación y la madurez. Al momento de ganar y al de perder. No menos se espera de los colegiales.