El domingo pasado hemos celebrado la ya habitual reunión del equipo de dirección del Colegio con los padres de los colegiales de primer año. El auditorio se ha llenado con su presencia. Durante una hora y media el equipo de dirección ha explicado con detalle en qué consiste la vida colegial, cuáles son sus normas principales, cómo se trata de ayudar especialmente a los chicos de primeros a que se centren y superen esta primera etapa de confusión y caos vital en que se encuentran.
Lo más importante es que haya unidad de criterios y confianza mutua. Que los padres y tutores de los nuevos colegiales estén convencidos de que el equipo de dirección está objetivamente interesado en educar a los colegiales. Aunque eso signifique a veces tomar decisiones dolorosas que en principio no son agradables ni para los padres ni para los chicos. Poniéndonos en un caso extremo, sacar a la luz que un colegial fuma porros es incómodo para todos. El Colegio tiene claro en su reglamento que hay que proceder a la expulsión. Para los padres no sólo es un problema la búsqueda de un nuevo lugar de residencia para el hijo sino que, lo más importante, tienen que buscar un modo de afrontar un problema grave: aunque el porro no sea una droga dura marca un camino, un estilo, que no es el mejor y que convendría, por el bien del chico, reorientar. Se podrían poner más ejemplos de la incomodad que produce desvelar ciertos comportamientos de los colegiales.
Desgraciadamente hay padres que, cuando eso sucede, prefieren creer la versión del chico que, por supuesto, niega todo. Se quiebra en ese momento la necesaria relación de confianza entre el equipo de dirección y los padres. Los padres se sitúan como una especie de jueces neutrales –que no lo son– entre la dirección y el chico. Y prefieren creer en el hijo. “Mi hijo nunca sería capaz de hacer eso.” De esa manera tapan el problema, ciegan los ojos a la realidad y dejan en muy mal lugar a la dirección del Colegio que no tiene ninguna animadversión contra el chico sino que sólo intenta trabajar y educar desde la realidad.
De toda la reunión de ayer, este punto me parece el más importante. Es la base desde la que trabajamos y educamos. Todos estamos unidos por un mismo interés: ayudar a los colegiales a que crezcan y se desarrollen como personas libres, responsables y solidarias. Vamos a trabajar juntos. Vamos a ayudar a los colegiales a superar estas primeras dificultades, a centrarse en sus estudios, a vivir su etapa universitaria con toda la riqueza que ella conlleva.