“El Jaime del Amo, que sorpresa, hace mucho que no os veíamos por aquí”; esta fue una de las primeras frases que escuchamos a nuestra llegada a la Universidad Francisco de Vitoria. A ese comentario le podríamos añadir el hecho de que en pocas ocasiones acertaran con el nombre de nuestro Colegio Mayor; pasando desde San Jaime hasta Jaime del Álamo.
Anécdotas aparte, sí nos dio la impresión de que el nombre de nuestro Mayor había ido desapareciendo de los torneos de debate, hasta convertirse en algo extraordinario nuestra presencia allí.
Estéban Bueno, Antonio Belda, Emilio Rubio, Daniel Aláez… nombres propios de lo que ha significado el debate para el Jaime del Amo, una dinastía de figuras de la oratoria que habían dado paso al letargo del gigante del debate que un día fue nuestro Mayor.
Con esa sombra a nuestras espaldas nos presentábamos allí un grupo de ilusionados jaimitos con ganas de dar lo mejor de nosotros. Toda la preparación de las semanas anteriores iba a desembocar en nuestro primer debate, un jueves por la tarde y ante un grupo de nombre indescifrable, TIDE.
No entraré a detallar el transcurso del debate, ya que pienso carece de importancia para el lector, pero lo que sí les contaré será la impaciencia con la que esperamos la salida de los resultados. Hubo que esperar horas y fue de vuelta en el autobús cuando se pudo escuchar “Han salido los resultados”. La victoria era nuestra y también se abría la oportunidad de incluso pasar de grupo, algo impensable para nosotros días atrás.
A la mañana siguiente y con algunos retoques en nuestro discurso sabíamos que nos la jugábamos toda a una carta, un debate que significaba algo más. La esperanza de poder pasar de ronda era el principal aliciente para dar lo mejor de nosotros, para llevar el nombre de nuestro Mayor un paso adelante.
Como ocurriese la jornada anterior no sabríamos los resultados hasta horas después, incluso con otro debate por medio, el que nos enfrentó a los vencedores de la presente edición. Nos medíamos las caras contra el equipo de la Francisco de Vitoria; contra debatientes que nos superaban en número de debates por mucho. Aquel debate significaba algo más, no nos jugábamos el pase, pero si que sobre la mesa estaba algo mucho más importante. Teníamos que demostrar que no habíamos ido a pasear, que queríamos debatir, competir y disfrutar con ello.
Cuando terminó eramos conscientes de la derrota, pero salimos con la cabeza más alta que nunca. Nuestro primer debate contra un equipo grande y habíamos dado la talla.
Tras una larga espera, que se hizo interminable, nos comunicaron que habíamos pasado de ronda, algo impensable para nosotros días atrás. No nos importaba el rival, simplemente pasar de ronda significaba llevar a nuestro Mayor un paso adelante.
Tras dos horas en las que primó más el mus que la preparación por la siguiente ronda, entramos en una sala y nos preparamos para encarar un debate que probablemente significaría nuestro fin en el torneo.
Sin embargo el trabajo realizado durante semanas dio sus frutos, la defensa de nuestra línea argumental consiguió traerlos al campo donde queríamos se disputase la batalla. Pese a los nervios traicioneros que hicieron que un servidor confundiese a Berlusconi con Mussolini, el equipo rival fue perdiéndose entre pepinazos y fronteras sudamericanas, que acabarían por darnos la victoria.
La noche ya había caído sobre la Universidad y de nuevo la espera. Cuando nuestro nombre apareció en la pantalla no se puede expresar lo que aquello significaba para nosotros. Había sido algo más que un debate, nos había dado la llave para codearnos con los mejores del torneo.
La mañana siguiente ya es historia. Unos cuartos de final contra el CDU que significaron nuestro adiós al torneo. Sin embargo no sentíamos ni tristeza ni decepción, habíamos llevado el nombre del Jaime del Amo, que tuvieron que aprenderse a fuerza, a los cuartos de un torneo de debate como es el de la Francisco de Vitoria.
Volvíamos a casa con una derrota, sí, una derrota en cuartos, pero una gran victoria en algo más que un debate.
PD: Agradecer al delegado de Área, José Luis Fuentes, por hacer que a algunos nos haya picado esto del debate. También a aquellos que se acercaron hasta el torneo a animarnos, que como todos los colegiales, llevan al Jaime del Amo siempre un paso más allá.
Continuará…
Artículo realizado por el colegial Arturo David Higueras Mañas.