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La semana pasada iniciamos junto con nuestros hermanos del CM Alcalá una peregrinación hacia Santiago de Compostela, uno de los tres grandes centros de peregrinación de la cristiandad.
Día 1: Nuestro primer destino fue reunirnos todos en Sarria, cada uno desde nuestra realidad concreta para comenzar un camino único juntos. Allí, tuvimos tiempo para conocer a los compañeros del Alcalá que nos iban a acompañar en el camino y recibir las credenciales y el libro del peregrino. Por último, al final de la tarde, compartimos una eucaristía en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, donde habiendo recibido la bendición del peregrino nos encontramos listos para comenzar al día siguiente dispuestos a dejarnos sorprender por el camino que Dios tenía pensado para nosotros.
Día 2: Al segundo día comenzamos nuestro camino con una hora de silencio, que sería recurrente el resto de días, desde Sarria hasta Portomarín, donde atravesamos lugares emblemáticos del Camino de Santiago como la Iglesia de Santiago de Barbadelo o la Iglesia de San Nicolás, además de deleitarnos con una gran belleza natural.
Por la tarde, siguiendo la llamada de Cristo que nos dice constantemente: “Ven y sígueme” tuvimos nuestro primer momento común para compartir lo vivido en esta primera etapa del camino además de tiempo personal. Después, asistimos a la eucaristía del peregrino en la Iglesia de San Nicolás.
Día 3: El tercer día hicimos le recorrido desde Portomarín a Palas de Rei, fue quizás la etapa más artificial porque discurría en gran parte adyacente a la carrera, no obstante, nos encontramos con algunos rincones reseñables como el cruceiro de Os Lameiros.
A la tarde, asistimos a la eucaristía del peregrino en la iglesia de San Tirso en donde hicimos de coro a petición del párroco. En esta etapa aprendimos el valor de no caminar solos sino a caminar con otros, pues son el reflejo de Quien nos convoca por el camino.
Día 4: El recorrido de Palas de Rei a Arzúa fue el más desafiante de todos. Abandonamos la provincia de Lugo para entrar en A Coruña por uno de los recorridos más largos y exigentes del Camino de Santiago. Durante el trayecto contamos con la compañía del Equipo Directivo del Alcalá que apareció por sorpresa el día anterior para compartir una etapa con nosotros. Gracias Gabriel, Juan Carlos y Javi.
Tras tres días caminando el cansancio comenzó a aflorar, sin embargo, tal y como leímos en el evangelio antes de comenzar la etapa, es en el cansancio donde se encuentra el camino de la fortaleza porque con Cristo a nuestro lado todo se nos hizo más sencillo, porque con él, nuestra carga fue más ligera. Por último, asistimos a la misa del peregrino en la iglesia de Santiago.
Día 5: Al día siguiente hicimos el recorrido Arzúa – Pedrouzo un recorrido cómodo para el peregrino donde se alternaban pistas forestales con pequeñas y bonitas aldeas. En el trayecto tuvimos ocasión de centrarnos en el sacramento de la reconciliación pues la mano del Buen Pastor siempre está dispuesta a perdonar.
Por la tarde, celebramos la eucaristía como de costumbre, pero con la peculiaridad que fue una misa íntima, no asistimos a ningún templo, sino que la preparamos en el patio del albergue presidida por el P. Jorge Ruiz CMF que nos acompañó durante todo el camino.
Día 6 y 7: En la última etapa, Pedrouzo – Santiago, tras atravesar varias localidades llegamos al Monte do Gozo desde donde divisamos por primera vez la Catedral de Santiago, a partir de ahí la emoción fue en aumento. Una vez en Santiago asistimos a la misa del peregrino, con botafumeiro incluido, junto con muchas de las personas que habíamos conocido en el camino.
Además, hicimos una visita guiada al museo de la Catedral y al Pórtico de la Gloria que muestra los principales pasajes del Juicio Final donde Jesucristo en el centro da paso para formar parte del reino de los justos a personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento. El último día antes de volver cada uno a nuestro lugar de origen celebramos una eucaristía final con la compañía del Padre Luis Arribas CMF, prefecto de apostolado del Gobierno Provincial de los Misioneros Claretianos, que quiso visitarnos para mostrar el apoyo y reconocimiento de los claretianos a nuestra actividad.
Sin duda el Camino de Santiago de los Colegios Mayores Claretianos ha sido una experiencia inolvidable para todos, que nos ha servido para profundizar en la fe y convivir una semana con la mejor gente donde Cristo ha sido aliento en el cansancio, sobra en el calor y luz en la oscuridad.
Crónica realizada por Santiago Muñoz, delegado del Área de Religiosas para el curso 2022-23.