De Convivencias.

Durante el pasado fin de semana (3-5 de Octubre), el segundo y último grupo de colegiales de primer año disfrutaron de las convivencias religiosas de inicio de curso en Becerril de la Sierra. Estos tres días les sirvieron para conocerse mejor entre ellos y reflexionar sobre sí mismos.

La jornada del viernes consistiría en una sesión en la que cada uno debía pensar en cosas como aquello que agradecemos en la vida o la relación personal con Dios.

Tras amanecer a las 8:30 al ritmo de cantantes como David Bustamante que sonaban por la megafonía, los colegiales se reunieron de nuevo para continuar sus reflexiones, en este caso compartiendo sus aspiraciones en la vida o su opinión sobre diversos aspectos, como la felicidad o el cultivo de las virtudes.

Esa misma tarde se realizó una puesta en común que sin duda alguna estrechó las relaciones entre ellos, al observar que las preocupaciones y meditaciones de la mayoría estaban muy relacionadas.

El plato estrella de la noche, fue ver la película “Un paseo para recordar”, en la cual aparecían diversas reflexiones sobre el amor y la fe, pero de un modo muy peculiar y llevadero que fue muy bien comprendido por todos los allí presentes. Sin duda fue todo un acierto la elección de la película.

Por último, el domingo cada uno preparó un proyecto personal, comprometiéndose consigo mismo a ser constante en los estudios y otros ámbitos como la fe y la acción social.

Las convivencias concluyeron con una Misa en la que se cantó el himno al Padre Claret y los colegiales pudieron recibir la Eucaristía.

A lo largo de estos tres días se notó un clima de tranquilidad y diversión entre los colegiales, donde se sucedían las bromas y no cesaban las sonrisas. Posiblemente buena culpa de ello fueran las magníficas comidas que preparaban las monjas misioneras que viven allí, a las que todos agradecimos su gran labor.

Del mismo modo dimos gracias al Padre Abel y al Padre Jorge que dirigieron las actividades con la ayuda del Decano Pablo García Bailo.

Al finalizar la comida del domingo, volvimos al colegio entre risas en el bus, sabiendo que habíamos disfrutado de un fin de semana diferente, alejado de la fiesta y los planes típicos de la noche madrileña, pero desde luego en ningún caso peor que otro fin de semana cualquiera.

(Autor del artículo: Enrique Díez Fernández, colegila y Delegado de la Promoción 2014).