La Comisión de Actividades Literarias ha fallado el Premio de Poesía. De entre los originales que se han presentado, se ha concedido el Primer Premio a Diego Catalán por su poesía titulada "Amanecer otoñal":
Modula la noche quebrando el primer albor.
Tras el velo de seda,
frío y viento susurran;
los árboles se estremecen de dolor
llorando lágrimas de oro y fuego.
Los primeros acordes huérfanos detienen el silencio.
Graves rumores contenidos braman la lejanía
ocultos bajo la blanca frescura matinal;
alegres trinos se asoman desde su nido,
les invade la duda, nos invade la duda...
Embelesado contemplo el silencio
traje perlado del mudo jardín.
El humo ya ennegrece, narcotiza las ideas,
cubriendo con su capa de falsa claridad.
¡Agonía de Madrid que clamas urgencia de mis sentidos!
La noche cansada se ha quedado en ojos de ciego.
En el fondo de mi propia sombra
se desvanece mi mirada lánguida y soñadora.
Soy clarinete sin viento, violonchelo sin cuerdas,
perdido como una gaviota sin puerto donde emigrar.
Y se ha concedido un accésit a la poesía presentada por Miguel Castillo García:
Tenía tantas ganas de escribir
para entender lo que no entiendo,
que dejé de vivir en este mundo
donde acabé muriendo.
Yo que por no entender no vivo
logré vivir para entender
que en este fugaz camino
no hay nada que entendamos
más allá de nuestro destino.
Por intentar entender lo que no entendí
dejé de volar y morí
mientras, en mis pensamientos,
ya no queda salvador ni lamento
que cure el resentimiento
por un futuro tan incierto.
Y así acabé muriendo
en un mundo de olvido.
Tú lees, yo escribo
pero yo
yo por no entender no vivo.
Enhorabuena a los dos compañeros. Hay que reconocer que la poesía da difícilmente de comer pero ayuda a expresar sentimientos muy profundos y realza la belleza de nuestro mundo y de la vida. Y eso es ya muy valioso.